Manifiesto

Esto es nada mas que un blog de practica. Aqui se veran producciones que debo realizar para la catedra de Periodismo Grafico. Sin embargo, desde su genesis, siempre quiso ser un canal muchos mas personal y netamente subjetivo. Ahora, que le guste...

23 septiembre 2010

Crónica del fuego y la ausencia

6:00. Gimme Shelter me parecía una hermosa canción hasta que decidí usarla como soundtrack para despertarme y saltar de la cama.
La rutina es normalmente la misma, Siempre. Hasta el hartazgo. Me levanto, hago lo que tengo que hacer, o lo que tenga ganas, pero a las 7 me estoy tomando el colectivo para llegar al fantástico predio que tiene Belgrano en Villa Esquiú. Que en realidad es de su gerenciador. Pero esto aquí no interesa. Lo que si, es que desde mi departamento de Nueva Cordoba, que da muy lejos. Una hora de viaje. En realidad un poco más.

Pero ayer, 4 de julio. La rutina se rompió. Abrupta y tristemente.
Entonces, 6.35. Olor a quemado. A humo a decir verdad. No suelo prestar atención, debido a las 4 obras que rodean mi edificio, entonces para dejar de sufrir los días viernes la faldeada de los albañiles, empecé a despedirme de mi olfato.
Siete menos diez, ya me había olvidado del olor a humo, y decido salir a pedir el ascensor. Que no venia. Al que tampoco se le prendía la luz que suele anunciar que viene y por donde viene. La luz del hall tampoco se prendía. Me saco los auriculares, que los uso casi siempre para evitar el bardo de la ciudad. Que me exaspera hasta marearme. Y voy para las escaleras. Con una gran cantidad de insultos en la punta de la lengua,  escucho mucho, barullo. Si, la palabra es barullo. Más tarde me daría que esa es la sensación que provoca la desesperación. Que además, de agobiante, es epidémicamente contagiosa.
7.00. Los gritos, consejos y alaridos eran ya importantes. La señora del 6 gritaba, creyendo que las chicas del 7 estaban de nuevo de fiesta hasta esas santísimas horas. Pero,  una de ellas, se asomaba a la puerta y con mucha cara de recién levantada, me pregunto ¿Qué pasa? Creo que se quema algo.
7.10 Suelo bajar y subir las escaleras muy rápido, acostumbrado desde chico a hacerlo. Tengo mi ritmo. Pero ya a esa altura no se veía nada. Costaba mucho respirar. Mucho, y la desesperación llevaba a que en 3 pisos me haya chocado con 5 personas.
Gritos, sirenas, ayuda por muchos lados, humo, personas, vértigo, escaleras, gente bajando por ella muy rápido, incluido yo, que claramente no testaba tan gélido como estoy ahora.
Vivo en el décimo piso del edifico Vermelho. Que además de ser rojo como lo indica sus nombre en portugués, es gigantesco. Es, una obra del grupo constructor Alpina, realizado en 2 años. 20 pisos. Muchos departamentos, ver la plancha de porteros, te apuna. Una pileta interna y otra fuera. 3 quinchos. Gimnasio. Y cuantas cosas se puedan imaginar que un edificio tenga. O les gustaría que tenga. Hasta sobrar. Es el edificio mas alto y ancho de Nueva Córdoba, el mas llamativo y además esta completo. No hay un departamento u oficina vacía. Joaquín, el portero, es para mi la persona con mas memoria de esta burbuja llena de estudiantes, pubs, comida rápida. Se acuerda de todos los nombres de las personas que viven aquí. Y sus curriculums.
7:20 y en el primer piso se veía mejor. Se respiraba igual que en el 6. Y seguía apareciendo personas alienadas por todos lados, buscando el afuera como algo que deseaban muy profundamente.
7.25 Afuera el único medio de prensa era yo. La sirena de bomberos anunciaba que venia. A lo lejos. Pero venia. Había si dos móviles de la CAP que asiduamente circulan por ahí. Obispo Oro y Chacabuco, es también, a la hora y el día que sean, un punto neurálgico de la ciudad. Al menos, eso parece. Pasan 4 líneas de colectivos. La población estudiantil que viene del interior y del interior del interior es quien ocupa la escena siempre y a  cada  hora. Eduardo, mi amigo del Kiosco de  revistas, no se equivoca en decir que es una pasarela. Para todas la orientaciones sexuales, dejémoslo claro.
Todos ellos, mayormente, eran quienes habían detenido su marcha hacia ciudad universitaria, para ser el publico de las llamas que se habían apoderado de los ultimas 3 pisos del Vermelho. Y parecían una foto. Congelados. Con la nuca hacia atrás, en 45 grados, la boca entre abierta. E interrumpían la sorpresiva quietud para mover levemente la cabeza y mirar a quien tenían al lado, como preguntándose cosas obvias, y creyendo muy poco de lo que veían.
7.35 la policía ya había llegado y realizado el cerco usual y correspondiente como para alejar a la gente. La sirena de los bomberos ya estaba apagada, y los hombres de rojo tenían con fuerza la manguera que se desprendía del camión rojo e inmenso. También. Del  que, algunos pesimistas dudaban. Sobre todo de su capacidad de almacenamiento de agua..
Un grupo de diez o nueve se miraba y se daba fuerza como si estuvieran en la manga para entrar a la cancha. Y ahí entraban. Trascendía con fuerza que la Eleo estaba con su mama en el departamento H del 18. Y todo el consorcio enmudeció. Más aun, quiso enmudecer. Nos llevamos las manos a la boca, en la frente, ocultando el fatalismo característico y déjenme decirle, que en ese caso, obvio.
Eleonora  era una nena de 3 años que al igual que Joaquin conocía a  todo el edificio. Y jugaba con todos. Mis diapositivas se detuvieron cuando le quería enseñar a patear la pelota en la entrada del edificio.
9:00 Todavía humeaba, los estudiantes ya no estaban, algunos ni miraban para arriba. El edifico había adquirido un negro muy trágico en la fachada de los pisos 18,19 y 20. Los bomberos sostenían sus cascos debajo de sus brazos y sus caras era presos del cansancio. De la alegría de haber realizado el trabajo, quisiera decir rápido, pero no me pareció eso. A nadie de allí le pareció. Los 9 o diez bajaban con sus caras negras, tosiendo,  sedientos, Pero eran sus ojos. Sus ojos no estaban ahí.
Eleonora tampoco.

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy buena crónica ... genera suspenso y atrapa al lector... La descripción puede atentar con la extensión, pero el lector puede mantenerse expectante... Espero tus próximos post.